Mi amor, Alejandro, ¿hay una palabra más bonita que amor?
Así es cómo me gusta llamarte ahora que eres mi pequeño bebé. Tal día como hoy llegaste a mi vida para poner mi mundo del revés y enseñarme todo el significado del verbo amar, porque tú, mi pricipito, eres hijo del verbo amar y de la magia que ocurre cuando dos personas, papá y mamá, deciden ser compañeros de aventuras para toda la vida.
Cuando crezcas y veas esta carta, solo espero haberte criado con amor, y que juntos hayamos coleccionado miles de momentos. Pienso escribirte en cada cumpleaños una carta para que siempre puedas leerme y sentirme cerca de ti.
Naciste en la época de las redes sociales, y de eso mamá sabe mucho. ¡En selfies y hashtags soy una experta! Esto ha sido mi mejor excusa para capturar cada momento desde que te ví por primera vez, abrazada a papá, cansada y despeinada, pero feliz y emocionada por sentirte de una manera diferente. ¡No todos los días conoces a alguien que ya sabes que amas sin haberlo visto nunca! A eso mamá lo llama “flechazo”.

Aún recuerdo nuestra primera noche, no podíamos dejar de mirarte, de respirarte y acariciarte. ¡Casi toda la noche dormidito! Entonces, no sabíamos que eras una pequeña marmota. ¡Sí, hemos sido de esos padres afortunados que han dormido! (al menos más que la media mundial). Aunque también hemos tenido esas dudas de primerizos que nos han llevado a visitar varias veces a tu pediatra como locos, esas noches de insomnio por culpa de los molestos gases y de dientes asomando para construir tu bonita sonrisa.
Decidimos compartirte con todos y llevarte con nosotros a cualquier lugar, aunque tuviésemos que llevar un saco de biberones, pañales y todas las tres mil cosas que necesitáis cuando nacéis (algunas sigo sin comprenderlas). ¡Mamá de repente se hizo valiente!
Eras tan chiquito, que te podía sostener solo con mi pecho mientras dormías como un koala,  mientras nuestras respiraciones se fundían en una. Tú me has regalado una maternidad que ha cambiado toda mi vida, ha sido dulce, agotadora, fácil y con decisiones complicadas, pero sobre todo, ha sido emocionante.
¡Descubrir el mundo a tu lado es lo más!

No me puedo olvidar de Eva, ella te trajo al mundo con tanto cariño, que para mi todo fue fácil y tengo un hermoso recuerdo de como ocurrió.
Marta, la amiga de mamá que tiene esa niña tan bonita, Julia, también estuvo allí. Ella me dio seguridad y nos acompañó en cada paso que dimos juntos, siendo el mejor equipo. Más que una gran enfermera y que una amiga especial, se convirtió en mis manos y mis ojos cuando yo todavía no podía tocarte ni verte. Y llegaste al otro lado de la vida, no lo supe por tu llanto sino por la mirada de Marta, esa que sin palabras hablaba y me decía: “está aquí y está bien”.

Elegiste el día uno de agosto para conocernos y toda tu familia te esperaba en el pasillo del quirófano para recibirte con una gran sonrisa.
Hoy, en tu primer cumpleaños, ya gateas, te sostienes un poco de pie, y te has convertido en todo un glotón. Te gusta estrellar cosas, te encanta el agua y morder y tocar todo lo que ves. Te chifla Mickey Mouse, Henry el monstruo feliz y Olaf. Escuchar música te pone contento y haces palmitas cuando nadie te ve. Las etiquetas de todo lo que hay a tu alrededor son tu debilidad y es algo que no entiendo muy bien todavía.
Hablas por las mañanas temprano, dices algo así como ma-ma, ta-ta-ta y pa-pa, y cada vez más rápido hasta que me despiertas de la mejor manera, escuchándote;
aunque reconozco que a veces me gustaría seguir un poquito más pegada a la almohada.

Te gusta dormirte de ladito mientras te cantamos y no hay día que nos olvidemos de tu momento “risas y juegos” antes de dormir, para que tu último recuerdo sea feliz. Te ríes sin parar cuando te lanzamos al aire, frotamos nuestra nariz con la tuya y te hacemos cosquillas en el cuello.
Últimamente has descubierto que los zapatos están más ricos que cualquier papilla y sin darnos cuenta hemos soplado tu primera tarta. Mamá ha pedido un deseo por ti, algún día cuando sea una abuela moderna y tu bebé cumpla un año como hoy lo haces tú, te lo contaré.

Papi y yo hemos estado siempre a tu lado para darte seguridad, nos gusta que sientas que todo va a ir bien y que cuando te caigas estaremos para levantarte y en otras ocasiones para ver como lo haces solo. Te prometemos que no nos moveremos de tu lado ni siquiera cuando dejes de necesitarnos, y de querernos pases a esa etapa en la que seremos un “rollo” para ti. ¡No estoy preparada para eso! necesito tiempo, el que tu me quitas dulcemente de la mejor manera, creciendo.
No te imaginas todo el amor que recibes de tu familia, nuestros amigos, tu madrina y hasta de Hachi, esa cosa extraña blanca con pelo a la que tiras de la oreja y te responde lamiendo la tuya sin parar.

Este año gracias a ti me he convertido en una autentica chef, me siento muy orgullosa cuando te preparo deliciosas papillas naturales. Aunque cuando nos perdemos todo el día fuera de casa, cualquier recurso es bueno aunque ya no me sienta tan chef.
Tu primera comida sólida fue zanahoria con patatas y pollo, aunque lo de comer pollo todavía es una misión imposible con solo tres dientes. Poco a poco hemos sumado pequeños grandes logros.
No es fácil ni limpio, pero a mamá eso de trabajar tu autonomía es algo que le encanta y le hace sentir más moderna y mejor mamá.

Te amo tanto que cuando lo pienso me emociono y siento algo que no soy capaz de explicar. Gracias por llenar mi vida de felicidad en el primer año juntos y el primero sin mi abuela, tu bisabuela Luisa.
Tengo que hablarte de ella porque tus primeras veces han sido también las primeras sin ella y eso si que ha sido difícil para mamá, a pesar de que está en ti y en mi, junto con todos los ángeles de la guarda que te cuidan, desde ese lugar dónde juega Peter Pan con los niños perdidos.

Antes de acabar esta carta, tengo que decirle a papá que sin él, nuestro amor no sería posible, gracias a su gran esfuerzo durante este año y a que apoyó a mamá en todas sus “decisiones de mayores”, los dos hemos pasado más tiempo juntos y he podido disfrutarte de manera intensa.

Te amo, mi pequeño súper héroe, gracias por devolverme la sonrisa cuando un trocito de mi felicidad se marchó antes de que llegaras para hacernos volar hasta Nunca Jamás. Deseo que en cada cumpleaños tus mejores regalos sean el amor y la magia para que te acompañen todos los días que escriban la bonita historia de tu vida.

Tu mamá.

(Si eres mamá, tía, hermana… o tienes un corazón mega sensiblero como el mío, entenderás que en este día tan especial, el post de hoy lleve su nombre). ¡Así celebro mi primer año como mamá!

All pictures by Notas Con Estilo

 

¡Gracias por leerme!

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