Todas tenemos un pasado antiglamour, ese que no queremos recordar ni si quiera ver plasmado en fotos ni recuerdos; hoy en notas con estilo os haré una entrega de las tendencias que no deberían de volver, ¡por «Dior» que nos vuelvan!.
Tendencia Pluma: nunca entendí por qué nos dio por ser las hermanas pequeñas de «Pocahontas» y lucir enormes pendientes plumas que se quedaban enganchados en el pelo y en la ropa. Al principio eran naturales, hasta que tomaron fuerza y las encontramos en versión «mercadillera» en tonos tales como rosa flúor, degradadas, turquesas… ¡que horror!, ahí fue el momento en el que la pluma aterrizó al fondo no de mi armario, sino del contenedor de la basura.
Tendencia zapato «chúpame la punta»: de Pocahontas pasamos a otro grande de la factoría Disney, mi querido Aladín. Un zapato de punta media es bonito y elegante, todo un clásico de fondo de armario; un zapato con la punta extremadamente larga y afilada es lo más parecido a una babucha árabe con tacón, que lo único que consigue es alargar de manera horrible nuestro pie y destrozarnos el empeine.
Sin despreciar las babuchas, dejemos estas para estar por casa o acudir a un evento cultural que lo requiera, y enterremos todo el calzado que atienda a estas características.
Si esta tendencia es digna del olvido más aún lo es en caballero, de ésto no tiene la culpa Aladín sino Bisbal, cuando impuso la moda de camisa con cuellos+vaquero de campana+zapato de punta = a ligón de discoteca. Si en mujer es poco estético en hombre no debería ni de existir esta tendencia, que actualmente seguimos encontrando en piel de cocodrilo o animal tipo look «Coyote Dark».
¡Bye, bye «chúpame la punta»!.
Tendencia «pelo plancha»: ¿recordáis cuando tuvistéis vuestra primera plancha para el pelo?, seguramente sería como la mía, como la de todas… con placas intercambiables que aportaban a nuestro cabello diferentes acabados y resultados, uno de ellos era el pelo en modo mini onda al más puro estilo «caniche».
Tengo que confesarlo… lo reconozco, más de una vez he sido una caniche rendida a la moda que mi amiga Cristina Aguilera impuso.
Tendencia ropa despintada: siendo adolescente se puso de moda desteñir camisetas, jeans… hasta que fueron los diseñadores los que nos regalaron esta tendencia no muy favorecedora en modo de colecciones plagadas de prendas que parecían estar usadas y estropeadas. Lo peor de todo es que las estrenábamos como si fueran lo más y nuestro look se veía perjudicado por una moda que nos alejaba de lo fashion y nos regresaba a la década de los 80.
Me temo que de nuevo vuelven a imponernos vaqueros ochenteros despintados, solo que esta vez creo que no se quedaran en los percheros durante mucho tiempo, tal vez sea la tendencia a la que menos caso hacemos.
Tendencia aros maxi grandes: ideales para colgar un loro, si eres pirata y trabajas en altamar. Cuanto más grandes eran más a la moda nos sentíamos, sin caer en la idea de que eran incómodos, se enganchaban con todo y facilitaban la perdida de una oreja por desgarre.
En mi época de discotecas y salidas nocturnas se llevaban en plata e incluso de colores. Cuando me veo en las fotos con esos pendientes tan grandes como mi cara me pregunto por qué nadie me avisó de que llevarlos un poco más pequeños sería una opción mejor.
Tendencia calentadores: llegaron a nuestros armarios como un complemento de la vestibilidad de una bailarina, y se convirtieron en un accesorio que acompañaba a nuestro calzado con una faldita super corta, al más puro estilo animadora «entaconada»
Nuestras piernas no eran piernas, sino pequeñas patitas de elefante; a todas las que eramos y somos bajitas nos favorecían menos cero, ya que acortaban nuestra altura; a las chicas de piernas gruesas las hacía más gruesas aún… en fín que para hacer ballet eran geniales y calentitos pero para salir los sábados eran lo peor.
Esta moda se adaptó a los zapatos de salón e incluso a las zapatillas de deporte, ahí fue cuando perdió su toque fashion si es que lo tenía.
Hasta aquí las tendencias que no deberían de volver, próximamente más ya que hay toda una pasarela de los horrores para mostrar.
¿Os acordáis de alguna tendencia con la que ahora os veáis ridículas e incluso horteras?
Hagamos terapia juntas y pensemos en aquello que llevábamos en algunas fotos guardadas en el fondo de nuestros recuerdos para que nadie las vea.
Antes de finalizar el post, confieso que he caído varias veces en cada una de estas tendencias, si alguien más se atreve a unirse al club está invitada.
16 Comentarios
Me he reído mucho con algunas cosas…jajaja
jamás le vi sentido a los zapatos en punta, se me hacían incómodos…
las plumas, solo en pendientes y bien pequeñas, los aros yo también los tuve grandes, pero ahora parezco una choni :/
lo que sigo usando son los calentadores xD pero mucho más pequeños (muchísimo más) cuando llevo las botas de montaña en invierno, evitan que se me enfríen los pies y va mucho más con mi estilo, ahora si, con tacones, en la vida…
la verdad esque nunca he tenido este tipo de ropa en mi armario… salvo los zapatos en punta, que cuando se lleva algo y mas si es calzado, no hay otra cosa en las tiendas!!! yo siempre digo que la moda hay que adaptarla a los gustos de cada una, no porque algo se lleve, si no te gusta has de ponertelo…
desde ahora te sigo yo también! besos
Sigamos, lo del calcetin paso a una especie de collar ke imitaba un tatuaje lo comprabamos en los moros ( ya no hay moros se los han comido los chinos), los abrigos tres cuartos negros ibamos todas iguales pareciamos viejas, las estolas a modo de abrigo yo tenia de todos colores y mi madre podia echar espuma por la boca ke yo en pleno invierno iba asi, las botas mustan, los vestidos imposibles de fin de año en plan arbol de navidad total para ir a un fiesta en una cochera jajaja en fin una adolescencia de errores
Jajajaja tengo muchas empecemos por calcetin ejecutivo negro al cuello
Tranquila beliluna… todas hemos caído 🙂
Besitos
Oh Dios mío Rocío, te tengo que confesar unas cosillas:
Yo era de las que llevaban botas a lo Aladín y argollas extragrandes. Las botas afiladas, reconozco ahora que no fue un acierto pero las argollas grandes, no sé, me gustan, eso sí, corro el riesgo de perder la oreja algún día. Un besote Rocío y excelente entrada.
genial el post, cuanto me he reido dios mio jejeje, te propongo sumar a este grupo de cosas horribles las manguitas toreritas, calentadores de brazos…sabes lo q te digo?
besitos
Se lo que me dices, y tomo nota.
Besos
Qué buen post!!!!, jajajaja, cuánto me he reido Rocio!!!, y cuanto me identifico contigo!!!!.. horrible horrible horrible esas tendencias que ojalá nunca jamás vuelvan y que por supuesto yo también las seguí en aquel entonces.. Apunto además de las hombreras, la del pelo cardado a lo «Alaska y los Pegamoides», argggg.. ese horrible look ochentero de pelo cardado y maquillaje fucsia con imposibles delineados en negro… argggg…
Has hecho una excelente selección y deberíamos crear un grupo NO al regreso de tendencias horteras!!!..
Besos guapa!!
Silvia http://www.mymakeup10.com
Apunto las tendencias horribles que me recuerdas para el próximo post 🙂
Besos
jajajaja que razón tienes. La verdad es que las dichosas tendencias nos atrapan, nos gusten o no y con el tiempo pensamos ¿y yo cómo me he podido poner eso? jajajajaja.
Un buen recopilatorio, pero suguro que nos ponemos y sacamos más…
Un beso guapa
Moi Coquette
Claro que sacaremos más… 🙂
Besos
Pantalones bombachos, horror o error¿? Se merece un monográfico Rocío.Nada de los noventa debería volver nunca, salvo Friends claro…
Lovely Friends, no me canso de ver los capítulos repetidos 🙂
Tomo nota sobre los pantalones bombachos.
besos
Ja, ja , Rocío me has sacado las primeras risas del día, casi se me atraganta la tostada y cuanta razón tienes, hay que ver en lo que caemos a veces por seguir las tendencias de la moda. Mi aportación a estos post son las hombreras, recuerdas esas horribles hombreras que traían las chaquetas y que nosotras añadíamos a las camisetas, parecíamos auténticos jugadores de rugby. Un beso preciosa.
Me alegra que rías gracias a mi 🙂
Apunto las hombreras.
Besos